Monday, June 25, 2012

BUSCANDO SOLUCIONES

Cuando era más joven pensaba que cuando alguien me hablaba para contarme un problema era por el hecho de estar ahí en el momento adecuado. A través de los años, y especialmente ahora que estoy más lejos de mis allegados me doy cuenta que no era casualidad, era Diosidencia. El hecho de que me haya dado este regalo es porque muy probablemente Él se valga de este medio para llegar a quienes lo necesitan. Sí, Dios también se vale hasta del más pecador para llegar a nuestros corazones.Es por esto que me gusta escribir para compartirles lo que aprendo para que ese regalo que Dios me ha dado tenga un mayor alcance. Y a pesar de que no me percato de dar los mejores consejos, sé perfectamente que cuando lo he logrado no soy yo, es Él actuando a través de mi, y cuando he dado uno equivocado, ese error ha sido humana  y completamente mío.

A pesar de la responsabilidad tan grande que este regalo implica, me he sentido honrada de haberlo recibido. A veces, cuando estoy hablando con alguien en la mente le pido a Dios que me ilumine para encontrar la palabra adecuada y no decir algo que vaya en contra de Su voluntad. Desgraciadamente han habido ocasiones donde no lo he hecho, y como se han de imaginar, ahí es donde aprovecha el "enemigo" para evitar que el mensaje llegue a su destino, incluso cuando el mensaje es para nosotros mismos.

Hoy desde esta mañana tuve una epifanía. Encontré un patrón que relacionaba a la persona con quien estaba intercambiando mensajes, con un estatus de un perfil de facebook, con otra persona más que me llamó por teléfono hace un par de días para pedirme consejo. Me dí cuenta que hay personas que recurren a sus amigos y allegados para tomar decisiones que tendrán una repercusión en su futuro. Obviamente, esta parte no es algo nuevo ya que muchos, si no es que todos, lo hacemos. Lo que no me había quedado tan claro como ahora, es que cuando una persona se ve en un callejón sin salida , se detiene a pedir consejo, escucha y se pone a analizar la situación, pero la mayoría de las veces  solo para darse la vuelta y regresar por donde llegaron. Y esta situación se repite constantemente en la vida de quienes nos rodean.

No sé de donde traemos esta tendencia, la tendencia a no buscar la ayuda adecuada, o a no resolver las situaciones de raíz. No sé si es la familia, la sociedad o simplemente la cultura en general la que nos impide buscar soluciones por nosotros mismos y trabajar en las acciones. Para aclarar este punto les puedo dar un ejemplo de una persona que tiene problemas con su marido. Las cosas se complican poco a poco hasta el punto en que se necesita intervención profesional para ambas partes. Esta persona me dice que es cierto que tengo toda la razón y que eso hará por el bien de su matrimonio. No pasan ni dos meses cuando la persona en cuestión me vuelve a contactar diciéndome que las cosas están no solo igual, sino peor. Le pregunto que si buscó ayuda profesional y me contesta: ¡Es cierto!, lo había olvidado, tienes razón .. no lo he hecho.Todavía no comprendo como es que le pensamos tanto para buscar la ayuda adecuada. No sé si será porque no queremos creer que el problema es lo suficientemente grande, o porque creo que me sentiré que valgo menos si lo hago , o si simplemente me siento completamente capaz de salir adelante sin la ayuda de nadie.

Pues déjame decirte que todos necesitamos ayuda de alguien, todos, siempre. Si tienes problemas con tu relación de pareja, con tus padres, con apuestas, con alcohol, hasta si no sabes que estudiar, para todo ello existen terapeutas, psicólogos, etc. y no necesariamente tienes que tener un problema o un vicio grande para acudir por ayuda. Porque siempre necesitamos arreglar algo dentro de nosotros mismos antes de pensar en arreglar a los demás. Y así me podría ir todo un día dando información sobre donde conseguir ayuda de acuerdo a tu situación, pero sin lugar a dudas el primer paso es aceptar que esto es lo que necesitamos, mientras no demos este paso, lo demás no va a funcionar.

Cuando analizo mi vida y lo platico con mi esposo y me pregunta y tú ¿Cómo le hiciste para que esto o aquello no te afectara en tus propósitos de vida? siempre le contesto: Porque nunca me solté de la mano de Dios para  buscar ayuda. Aquéllos que me conocen saben que siempre busqué consejos espirituales y ayuda profesional. Incluso tomé un curso de desarrollo interpersonal bastante caro , pero al cual gracias a Dios le saqué muchísimo provecho, pero sin importar lo que inviertas,  no a todos les hace efecto. Y esto se debe a que no estamos convencidos de que invertir en nuestra salud mental es redituable. No escatimamos en gastar dinero en bebidas alcohólicas o en un vesido para una fiesta pero sí le pensamos dos veces para invertir en nuestra salud mental. Aunado a esto, algunos nos encontramos en un punto en donde creemos que el poder para cambiar cualquier cosa en nuestra vida, reside única y exclusivamente en nosotros mismos, lo cual es completamente erróneo.

Además de buscar terapias o ayuda profesional, está la ayuda más importante de todas. La ayuda espiritual, la divina. El único terapeuta que no necesita reservación, el que no cobra, el que no tiene horario, el que está más cerca y más disponible que cualquier otro. Dios. Imagino que estás pensando que es un terapeuta que solo escucha pero que no responde. En ese caso, déjame te aclaro un punto importante, Dios responde. Claro.Fuerte. Se necesita práctica y mucha Fé para escuchar sus respuestas pero están más claras que el agua. Solo necesitas enfocarte y abrir tu corazón a ellas. ¿No crees que Él está ansioso de que le hables y sobretodo de que lo escuches?. Pero como escucharlo si solo le hablamos si es que tenemos tiempo de sobra, o  cuando queremos una respuesta afirmativa a nuestras peticiones. O bien, como escucharlo si lo buscamos solo en los peores momentos y no cuando tenemos la mente en claro  y el corazón atento. Aprendamos a escuchar su palabra. En Misa, en la Biblia, en los artículos que lees, en lo que tu mismo  dices incluso en tu muro de facebook o en tu cuenta de twitter. Practica e intenta escucharlo en todo lo que haces.

No olvidemos que para solucionar nuestros problemas hay que buscar ayuda, toda la necesaria incluso si necesitamos invertir  tiempo y/o dinero. No le dejemos todo el trabajo a Dios. Es un trabajo en equipo. Y piensa que probablemente aquéllos que tienen puestos para ayudar o aconsejar a los demás fueron una invención de Él para poder llegar a tí. Porque eso es lo que Dios busca, llegar a tí, incluso tal vez mientras lees este documento.

Que Dios y el Espíritu Santo te iluminen hoy y siempre....y a mí, que me de vida y salud para estar aquí para cuando me necesites.

C.